Sentimiento Obradoirista
Sentimiento Obradoirista
A veces los aficionados rivales nos preguntan qué es eso del sentimiento obradoirista. No entienden la importancia del “miudiño” y no saben lo increíble que es estar dentro de la “caldeira”.
El sentimiento obradoirista es
eso que hace que no te duela madrugar los domingos, es ponerte nervioso
cuando llegas a Sar, es emocionarte cuando, al ritmo de “Eye of the
tiger”, salta el equipo al centro de la pista. Es levantar la bufanda y
cantar hasta dejarse la voz eso de: “eu traioooo una borracheiraaaa de
viñooo que auga non bebo mira, mira Maruxiña mira, mira como veñoooo…”
mientras se te pone la piel de gallina.
Los obradoiristas sufrimos, disfrutamos,
reímos y lloramos… apoyamos a nuestro equipo desde el minuto uno. Somos
raros, aplaudimos cuando el equipo afloja y nos ponemos de pie en los
tiempos muertos. Pocas veces se ve esto en otros pabellones, pero a
nosotros nos encanta ser así: distintos.
Ser del Obra implica volcarse para
ayudar al club. Sólo una afición como esta puede protestar por el precio
de las acciones y rascarse el bolsillo para no dejar al equipo tirado.
Es quejarse por las dificultades para aparcar en Sar y seguir yendo
fielmente cada domingo.
Es sufrir cuando estás lejos y no puedes
ir al Multiusos, es viajar, viajar y viajar por todo el país con tus
amigos sin importarte el precio de la gasolina ni las horas metidas en
un coche, es conseguir que en cada cancha de la Liga Endesa se vea,
mínimo, una bufanda del Obra.
Es llorar en el ascenso de Burgos, hacer
mil horas de autobús y estar al día siguiente en primera línea en la
Plaza del Obradoiro, sin pegar ojo, para celebrar la vuelta a la ACB.
Es apoyar al jugador que flojea, animar
al que juega pocos minutos y darle palabras de ánimo al que se lesiona.
Nosotros sabemos aplaudir una buena defensa del equipo, un momento de
calma del eléctrico Deron Washington o un esfuerzo extra de nuestros
jugadores interiores. Nos levantamos para ovacionar a Mario y a Richard
cuando se dejan la piel en los pocos minutos de los que disponen.
Es seguir los pasos de Maxi Stanic en
Boca, de Kostas en Bilbao, de Miki en Lleida y de Eric en la República
Checa lo que hace que seas un poquito de esos equipos.
Sólo nosotros somos capaces de organizar
una fiesta el primer año tras confirmarse el descenso, sólo nosotros,
en un partido de play off contra el Cáceres, perdiendo por quince puntos
nos ponemos en pie tras un tiempo muerto como si fuéramos ganando de
treinta para provocar la reacción del equipo. Sólo una afición como la
nuestra puede darle ese plus a los jugadores para que cambien el chip y
remonten partidos complicados.
¿Nunca os ha pasado eso de estar entre
amigos y criticar la ciudad o la provincia en la que vivís pero en el
momento en el que viene alguien de fuera la defendéis a muerte? Pues a
los santiagueses nos pasa algo parecido: A veces nos ponemos serios
cuando el equipo no responde o no juega al nivel que le exige la
competición. Criticamos, protestamos, pedimos cambios… rajamos de los
nuestros. Pero, cuando alguien de otro equipo se mete con el Obra,
entonces nos unimos y lo defendemos a capa y espada, como si no hubiera
mañana. Si alguien se puede meter con el Blue Sens somos nosotros, nadie
más.
El sentimiento obradoirista hace que los
jugadores que se van sigan sintiéndose uno más del Obra. Provoca que
Alfonso Sánchez se emocione con nuestras victorias, que Feliu vuelva a
Sar y se le llenen los ojos de lágrimas cuando el público le ovaciona,
que Adrián Fuentes y Héctor Manzano estén al tanto de lo que hacemos, o
que Paul Davis, a pesar de estar tan poco tiempo con nosotros, recuerde
el club con mucho cariño.
Somos una pandilla de monotemáticos que
acaparamos las redes sociales con el Obra a vueltas para desgracia de
nuestros amigos o familiares que no entienden nuestra pasión. Cuando nos
reunimos para tomar unas cañas, el tema del Obra está siempre presente.
No nos aburrimos, somos felices así.
Somos una afición que no se rinde, que adora a su entrenador y que tiene fe ciega en su capi Bulfoni.
Somos una afición ACB que se merece
seguir en esta categoría muchos, muchos años más. Por eso tenemos que
remar en la misma dirección, toca apretar los dientes. Ahora más que
nunca el feeling entre equipo y afición tiene que ser brutal. Soñamos y
creemos en la permanencia. Las 6000 gargantas son el sexto jugador del
Obra. Todos juntos lo vamos a conseguir y es que… ¡Venimos para
quedarnos!
FORZA OBRA
Enlace al artículoYo añadiría o recalcaría que lo que hacemos los aficionados del Obra es lo normal pero parece raro o es raro y debiera de ser lo normal.
O-B-R-A TODOS XUNTOS........................................................................
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